La concentración es clave para tener éxito en lo que te propongas, y se requiere disciplina para tener concentración. Como había mencionado en un artículo anterior, “Los dos pilares del éxito“, saber vender es el segundo pilar. Para saber vender necesitamos dos cosas, generosidad y estrategia.
La concentración se basa en las agallas, la generosidad en el corazón y la estrategia en el cerebro. Para desarrollarlas necesitaremos de disciplina, educación e instrucción.
Se necesita disciplina para ser un buen administrador. Administrar es:
- Planear
- Organizar
- Ejecutar
- Mejorar
Los dos primeros pasos son los más duros, requieren de un esfuerzo muy grande y una imaginación muy creativa, pocos pueden comenzar correctamente por aquí, muchos se pierden en la eterna planeación, llevando a una parálisis por analísis. Muchos adoptan una segunda opción: Comenzar directamente a Ejecutar y Mejorar, aprendiendo a Planear y a Organizar en el proceso.
Para comenzar a planear necesitamos Metas. Hemos de saber que queremos lograr, a dónde queremos llegar y cómo vamos a medir nuestro avance, cuál va a ser nuestra brújula. Un correcto Presupuesto es escencial ¿Cuántos recursos hemos de invertir en cada actividad? En tiempo, dinero y esfuerzo.
Nos hemos de poner creativos para cumplir con el presupuesto, buscando formas de avanzar en paralelo, que las tareas se vuelvan replicables, escalables, automáticas. Esto es estrategia.
No debemos perder el foco de dar, de entregar valor constantemente. Hemos de publicar, regalar, vender, permanentemente, actualizar nuestros indicadores diariamente ¿Cúanto avanzaste hoy? ¿Cúanto te ganaste? ¿Cúanto te queda de presupuesto? ¿Cuánto te falta? Al final, eléxito es administración de proyectos.
Todos los días has de preguntarte ¿Que puedo entregar hoy? ¿Que cosa de valor puedo hacer por los demás? E inmediatamente después ¿Cómo puedo hacer eso para la mayor cantidad de personas posible? Ese es el principio del éxito, pero el punto clave está en llevar a cabo, en la acción, en entregar valor, aunque no sea perfecto, poco es mejor que nada.
Muchos opinan, y tu puedes estar entre ellos, que la excelencia es vital, que si tu producto no es de 10 no vale, pero la excelencia es una hábito que se construye todos los días, y no se puede llegar a ser excelente si no se comienza.
Recuerda: Tu producto no es perfecto, es perfectible, así que hazlo. Entrega.